lunes, 24 de febrero de 2014

¿QUIÉN DIJO QUE ERA FÁCIL?


Aunque parezca un cuadro en blanco y negro, esta imagen es una foto que me ha hecho Rubén, mi compañero de trabajo y está hecha en la oficina del consulting del Ave de Orense. Parezco una abuela, pero me gusta.
Convino mi trabajo de topógrafo con el de escritora y promotora de mis libros.

¿Quién dijo que sería fácil?
Cuando me puse a escribir mi libro en mi pequeño portátil, sentada en mi salón, sola y tan concentrada que las horas pasaban volando, pensaba que estaba haciendo lo más difícil. Eso también lo pensaba mi hermano que era el que me animaba a seguir adelante.

Al acabar me di cuenta de que el proceso no había hecho más que empezar. Esto fue lo que aprendí:
 
Primer paso: Escribir el libro. Tardé dos años en escribir los tres libros. Luego había que corregirlos.  Con la octava revisión estuve a punto de tirar Este Parado está Harto a la basura. Sentí una gran vergüenza, pero mi amiga Isa me ayudó a superarla y a seguir adelante. Los tres son autobiográficos, con lo que tenía la sensación de que me estaba desnudando a los ojos de los lectores, pero tenía que ser así o no llegaría a su corazón.
Segundo paso: La edición. Nunca pensé que fuese un camino de espinas encontrar una editorial. Mandé el ejemplar a muchas y las que me contestaron, me dijeron que tenían un cúmulo de trabajo para dos años. Yo no podía esperar. Quería que mi libro saliese al mercado y lo quería ya. Así que me puse a buscar imprenta. Muchas ofertas, pero a un coste realmente caro. Al final, encontré una que se ajustaba a mi bolsillo y conseguí autoeditarlo. REalicé una edición de 1000 ejemplares. Este proceso me llevó muchos meses.
Ahora venía el siguiente paso: La venta.
Creía que sería difícil encontrar una librería grande donde venderlo, pero fue realmente fácil. En Vilagarcía hay una librería enorme, Nobel, que me lo aceptó y colocó mi libro en el escaparate. Diez ejemplares estuvieron durante doce meses en ese escaparate. No vendió ni uno solo. Salí en los periódicos locales, en el de Pontevedra e incluso, en el periodista digital por internet, pero no era suficiente. Así que me puse a dar conferencias para comunicar mi mensaje y dar a conocer mi proyecto.
La promoción: Asistir a un concurso. Me pareció una idea genial, pero no encontré en todo el año un concurso que se adaptara al libro que había escrito. Entre todos, elegí uno que se celebraba en Canarias, por aquello de que era mi tierra, pero cuando leí atentamente las bases del concurso, descubrí que ellos pasaban a ser lo dueños únicos y lo distribuirían y promocionarían según a ellos les pareciese, previo pago de un porcentaje, el que a ellos les pareciese. Sí 12.000 € podía ser una gran cantidad de dinero, pero solo si confías poco en lo que has escrito. A mí me costará más ganarlos, pero estoy segura que mi libro vale más que esto. Si no lo creyese, ni lo hubiese intentado publicar.

Me di cuenta de que la forma mejor de llegar a mucha gente es por medio de internet y de las redes sociales. La venta directa de uno en uno y de boca a boca. Si uno lo lee y le gusta, se lo transmite a otro. Eso me ha ocurrido con mi segundo libro. Los que han leído el primero, quieren el segundo.

Yo tenía una idea muy romántica del escritor, pero me doy cuenta de que, hoy en día, no es un personaje que está detrás del ordenador encerrado en su despacho o su casita de campo, creando una obra de arte. Una vez que la ha creado, tiene que aprender a venderla, promocionarse y moverse mucho con lo que el coste del esfuerzo físico y monetario es muy grande. Las editoriales grandes se llevan un gran porcentaje del beneficio del libro y al escritor le quedan las migajas.

Por eso no hago más que darle vueltas al tema de cómo conseguir llegar al máximo público y obtener los mayores beneficios. No porque me quiera lucrar de mis libros, sino porque con ellos es como pretendo financiar mi proyecto de la Aldea de la Salud. Un lugar de crecimiento personal donde las personas podrán curar su cuerpo, su mente y su alma. Esa es mi ilusión. Esa es la única razón por la que sigo adelante. Cuando me flaquean los ánimos y pierdo la energía que me mantiene a flote, recuerdo que nací para hacer esto y que mi fuerza de voluntad fue la que me trajo hasta aquí y eso evita que tire la toalla.

¡¡¡¡¡Yo puedo!!!!   ¡¡¡¡¡Sí puedo!!!!  ¡¡¡¡Sigo adelante!!!

2 comentarios:

  1. Hola guapa!

    Vengo a darte la bienvenida al club, no sé si te habrás dado cuenta de que ya perteneces oficialmente al mismo, pues el otro día se presentó allí tu ficha de socia, mira:

    http://elclubdelasescritoras.blogspot.com.es/2014/02/436-maria-visitacion-garcia-rodriquez.html

    Saludos y buen día!

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    1. Gracias... La vi y se la pasé a todos mis contactos... lo que ocurre es que no me aclaro muy bien como funciona y no sé poner comentarios...os estoy muy agradecida...ya tengo editorial para INTUICIÓN y en un mes sale al mercado. Un beso
      Visi

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